sábado, 18 de febrero de 2006

Un regalo

Justo hoy, cuando piensas que tus sueños se han roto, que has perdido lo único que nunca debe perder un ser humano: la esperanza… hoy que te has quedado con la soledad de tus sentimientos añorando un pasado que no volverá, quiero hacerte un regalo muy especial. Quiero enseñarte que la vida sigue, que el pasado es fugaz y el futuro es incierto, todo lo que tenemos es este momento y debemos aprovecharlo. Hoy que sientes tu corazón roto, quiero enseñarte que tras cada dolor hay una nueva esperanza de felicidad, porque cada vez que sangras no debes ver lo que pierdes, si sangras es porque estás viva, porque aun hay aliento dentro de ti para continuar.
Quiero juntar las piezas de tu alma herida y regalarte un nuevo corazón, una nueva vida, llena de sueños y esperanzas en el mañana. Tomaré las piezas de tu corazón roto con delicadeza, ternura y, poco a poco, caricia a caricia, beso a beso las uniré, una a una. Soplaré con mi aliento cálido sobre él para que nunca sienta frío y lo cubriré con ternura para que nunca vuelva a romperse. Pondré en el mis propias ilusiones y sueños para que nunca te falte esperanza en el mañana, pero sobre todo, pondré mi amor en él para que siempre lleves amor contigo a donde vayas, para que nunca sientas ese vacío en tu pecho que ahora te ahoga.

¿Quieres un corazón? Te regalaría lo que fuera para devolverte a la vida, te regalaría lo mejor de mí para que cuando yo no esté se queden contigo mi corazón y los momentos que tuvimos. Ya no habrá mas soledad, ni tristeza, ni derrota en ti, todo lo que necesitas para seguir adelante te lo regalaré.
Hoy te extiendo mis brazos y te pido con dulzura que me dejes curar tu corazón, sin importar lo que pase, ni lo que digan, ni siquiera lo que suceda. Si tu corazón se ha perdido en el mar de tu tristeza, no te aflijas, te daré la mitad del mío para demostrarte que la vida continúa, que todo es pasajero, y que al final, el cielo guarda un regalo más grande que el que te doy ahora. Sólo debes tener ESPERANZA.


Dedicado a Yrian. Gracias por existir...

miércoles, 15 de febrero de 2006

Frío de llovizna

Camino con prisa hacia mi trabajo mientras trato de evitar mojarme o resbalar con el piso mojado. Esta lloviendo…
La lluvia me recuerda a ti. Cuando baja la temperatura y escucho caer las gotas de lluvia vienen a mí los recuerdos de inolvidables noches. Solos tu, yo… y el frío de la llovizna. Tus abrazos eran lo único que le daba calor a mi cuerpo en esos momentos y tu compañía era todo lo que necesitaba para calentar mi corazón.
Una de esas noches me preguntaste algo que nunca olvidaré: ¿Estás triste porque llueve o llueve porque éstas triste?. No supe que responder, solo quería sentir tu calor un poco más, sentir que eras lo único que necesito para ser feliz. Parecía que tenía todo lo que necesitaba, parecía que a tu lado iba a ser feliz, y en realidad, lo fui. Pero nada es eterno, ni siquiera el frío de llovizna, ni siquiera, tus abrazos, tus besos, ni tu compañía.
Te fuiste, aun lo recuerdo, me ha quedado el frío de la llovizna en el corazón, ese que sólo tu podías echar de mi pecho con tus caricias, con tu voz. He buscado ese calor en otras, y si, han calentado mi cuerpo llenándolo de caricias y besos, pero aún siento ese frío en mi corazón.
La lluvia me recuerda a ti. Hoy pregunto: ¿Estoy triste porque llueve o llueve porque estoy triste?. Trato de olvidarte, olvidar esas palabras que me dijiste esa noche, pero he aprendido a vivir con tu recuerdo. Hoy se la respuesta, pero no estás aquí para escucharla. Estoy triste porque llueve, porque la lluvia me recuerda a ti, porque aún siento frío en el corazón. Siento el frío de la llovizna y no estas aquí para darme tu calor.