miércoles, 15 de febrero de 2006

Frío de llovizna

Camino con prisa hacia mi trabajo mientras trato de evitar mojarme o resbalar con el piso mojado. Esta lloviendo…
La lluvia me recuerda a ti. Cuando baja la temperatura y escucho caer las gotas de lluvia vienen a mí los recuerdos de inolvidables noches. Solos tu, yo… y el frío de la llovizna. Tus abrazos eran lo único que le daba calor a mi cuerpo en esos momentos y tu compañía era todo lo que necesitaba para calentar mi corazón.
Una de esas noches me preguntaste algo que nunca olvidaré: ¿Estás triste porque llueve o llueve porque éstas triste?. No supe que responder, solo quería sentir tu calor un poco más, sentir que eras lo único que necesito para ser feliz. Parecía que tenía todo lo que necesitaba, parecía que a tu lado iba a ser feliz, y en realidad, lo fui. Pero nada es eterno, ni siquiera el frío de llovizna, ni siquiera, tus abrazos, tus besos, ni tu compañía.
Te fuiste, aun lo recuerdo, me ha quedado el frío de la llovizna en el corazón, ese que sólo tu podías echar de mi pecho con tus caricias, con tu voz. He buscado ese calor en otras, y si, han calentado mi cuerpo llenándolo de caricias y besos, pero aún siento ese frío en mi corazón.
La lluvia me recuerda a ti. Hoy pregunto: ¿Estoy triste porque llueve o llueve porque estoy triste?. Trato de olvidarte, olvidar esas palabras que me dijiste esa noche, pero he aprendido a vivir con tu recuerdo. Hoy se la respuesta, pero no estás aquí para escucharla. Estoy triste porque llueve, porque la lluvia me recuerda a ti, porque aún siento frío en el corazón. Siento el frío de la llovizna y no estas aquí para darme tu calor.